Torreón Iglesia de la Santa Cruz
Ilustración arquitectónica del Torreón de la Iglesia de la Santa Cruz
1902 · Arqs. Francisco de Cubas y Miguel de Olavarría
Calle de Atocha nº 6, Madrid
En pleno corazón de Madrid, esta construcción es un testigo vertical de siglos de resiliencia y de una historia de tintes casi "malditos" que la convierten en un hito tan interesante como su propia arquitectura: Y es que en el solar que ocupa la actual Iglesia de la Santa Cruz antes hubo un convento dominico y varias iglesias, cada una con su propia dosis de drama: desde un incendio recién construida en 1652, pasando por un derrumbe de la cúpula en 1726 que se llevó por delante la vida de ochenta personas, hasta otro incendio en 1872 que la devastó por completo. Incluso durante su demolición en 1888, el derrumbe de una de sus bóvedas se cobró cuatro vidas más.
El edificio que vemos hoy fue levantado entre 1889 y 1902, impulsado por una suscripción popular, dirigido inicialmente por el Marqués de Cubas, y continuado tras su fallecimiento por Miguel de Olavarría.
Durante décadas, fue la construcción más alta de Madrid: los 60 metros de altura de su imponente torre tan sólo fueron superados en 1926 por el Edificio Telefónica en la Gran Vía. Se alza como un recuerdo de sus desafortunadas predecesoras, en especial la famosa “Atalaya de la Corte”, como se conocía popularmente a su torre anterior por su altura. Vestida en ladrillo visto y sillería de piedra blanca de Colmenar, su diseño mezcla rasgos neomudéjares y neogóticos, con matacanes defensivos que le confieren un aire casi fortificado.
En su base cuenta con un arco apuntado de portada, frontón triangular, y un pórtico con relieve escultórico de Aniceto Marinas, representando la “Apoteosis de la Cruz”. También destacan el rosetón y su reloj, atribuido al mismo maestro relojero del de la Puerta del Sol, flanqueados por arcos ojivales y decoración geométrica.
El interior, igualmente majestuoso, ofrece una nave única con tribunas y cimborrio octogonal, bóvedas estrelladas y ocho capillas laterales, todo resuelto en un neogótico sobrio.
Hoy, la parroquia es sede de cofradías centenarias, custodio de devociones populares, y punto de encuentro para los devotos de San Judas Tadeo. Cada miércoles, fieles acuden con velas y peticiones al "abogado de las causas difíciles", una tradición arraigada que convierte a este templo en un rincón de fe cotidiana.
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Edición limitada a 100 unidades, numerada, firmada y con certificado de autenticidad.
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Dimensiones: 2 tamaños a elegir
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Materiales: Impresión digital sobre papel estucado mate de 250 gr.
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[Se suministra sin enmarcar, pero en medidas estandarizadas para los marcos más frecuentes]