Torreón Edificio Grassy
Ilustración arquitectónica del Torreón del Edificio Grassy
1917 · Arq. Eladio Laredo y Carranza
Gran Vía nº 1, Madrid
Fue proyectado por el arquitecto Eladio Laredo y Carranza en 1916 como encargo del empresario y escritor Luis Ocharán Mazas, con el propósito de albergar viviendas de lujo. Fue completado en 1917, convirtiéndose en uno de los primeros inmuebles del tramo inicial de la Gran Vía, entonces denominada Avenida del Conde de Peñalver.
Su fachada, de estilo ecléctico, destaca por la profusión de balcones con balaustradas y por la utilización de paneles cerámicos decorativos realizados por el ceramista Daniel Zuloaga, que embellecen los tímpanos superiores. El chaflán se resuelve con una gran rotonda rematada por templetes superpuestos de inspiración renacentista.
En sus primeros años, el local de la planta baja albergó el Café Molinero, un espacio que combinaba confitería y café, complementado con un moderno restaurante en el entresuelo del edificio. En 1933, el arquitecto Luis Gutiérrez Soto llevó a cabo una reforma del local, adaptándolo a las nuevas tendencias estéticas y funcionales de la época.
En 1953, el relojero suizo Alejandro Grassy estableció en este espacio su joyería, especializada en relojería, lo que otorgó al edificio su denominación popular actual.
Desde entonces y durante décadas, la fachada del Edificio Grassy ha sido soporte de rótulos luminosos de prestigiosas marcas de relojes, como Jaeger-LeCoultre, Audemars Piguet, Piaget y Baume & Mercier, siendo actualmente Rolex la firma que ocupa este chaflán emblemático.
A finales de los años 60, la fachada del edificio fue reformada, lo que implicó la retirada de los anuncios publicitarios y la desaparición de elementos ornamentales como el grupo escultórico de niños que coronaban el templete.
Actualmente, el interior del edificio sigue albergando la Joyería Grassy, que acoge además un museo que exhibe relojes de los siglos XVI al XIX. El local destaca por su exquisita decoración, que incluye estucos italianos, frescos y pavimentos de terrazo.
El Edificio Grassy, hoy símbolo indiscutible de la Gran Vía madrileña, fue inmortalizado en 1981 por el pintor hiperrealista Antonio López en su célebre obra “La Gran Vía”.
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Edición limitada a 100 unidades, numerada, firmada y con certificado de autenticidad.
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Dimensiones: 2 tamaños a elegir
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Materiales: Impresión digital sobre papel estucado mate de 250 gr.
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[Se suministra sin enmarcar, pero en medidas estandarizadas para los marcos más frecuentes]